El Plan Marshall (denominado
oficialmente European Recovery Program o ERP) fue el principal plan de los
Estados Unidos para la reconstrucción de los países europeos después de la
Segunda Guerra Mundial, que a la vez estaba destinado a contener un posible avance
del comunismo. La iniciativa recibió el nombre del Secretario de Estado de los
Estados Unidos, George Marshall, y fue diseñada principalmente por el
Departamento de Estado, en especial por William L. Clayton y George F. Kennan.
Ante la penuria europea y la
imposibilidad financiera de comprar productos norteamericanos este plan de
ayuda demandaba una coordinación previa de los países europeos para su
aplicación.
Pese a la campaña de los partidos
comunistas, dieciséis países aceptaron la ayuda y se reunieron en una
Conferencia en París en septiembre de 1947. La Conferencia tenía un triple
objetivo: impedir la insolvencia europea que hubiera tenido nefastas
consecuencias para la economía norteamericana, prevenir la expansión del
comunismo en Europa y crear una estructura que favorecieran la implantación y
el mantenimiento de regímenes democráticos. Moscú pronto declinó el ofrecimiento y obligó a sus países satélites a hacer lo mismo alegando que el plan era un instrumento del imperialismo y la hegemonía americana.
El golpe comunista de Praga en
febrero de 1948 precipitó la aprobación por parte del Congreso norteamericano del
Plan en abril de 1948. Ese mismo mes se creó la OECE (Organización Europea de
Cooperación Económica) para repartir y concretar la ayuda.
Cuando el Plan Marshall fue
completado, la economía de cada país participante, con excepción de Alemania,
había crecido considerablemente por encima de los niveles de la pre-guerra. Por
las próxima dos décadas Europa Occidental gozaría de prosperidad y crecimiento
económico.
El plan también es visto como uno de los primeros elementos
de integración europea, ya que anuló barreras comerciales y creo instituciones
para coordinar la economía a nivel continental. Una consecuencia intencionada
fue la adopción sistemática de técnicas administrativas norteamericanas.
Se calcula que en total supuso una ayuda de 13.000 millones de dólares entre 1947 y 1952. El éxito del plan fue esencial para la recuperación económica y el asentamiento de los regímenes democráticos en Europa Occidental.
Sin embargo, algunos historiadores critican el
Plan Marsahll, ya que creen que formó parte de una maniobra del imperialismo
norteamericano para controlar a la Europa Occidental que era amenazaba por el
fenómeno comunista; y por establecer una tendencia de EE.UU de ayudar a
economías extranjeras con dificultades de dinero, y con consecuencias en la
economía norteamericana (aumento de los impuestos a los ciudadanos de U.S.A)
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